50 y 44, 94. 94 goles, se dice fácil, demasiado fácil, a
veces ni nos damos cuenta de la dimensión que puede tener esto. Cifras,
posiblemente al final sólo sea eso, pero a estos niveles esas cifras sobrepasan
los límites de la cordura.
La historia está marcada por la rivalidad humana, el morbo de determinar quién es mejor, el
llevado al mundo literario Quevedo vs Góngora, el Cruyff vs Beckenbauer de los
70’, el Pelé vs Maradona desde la irrupción del 10 o el Magic vs Larry, estos 3
últimos ejemplos llevados al mundo que nos interesa, el del deporte. Duelos de
titanes, una lucha, no a vida o muerte, sino algo mucho más grande,
enfrentamientos en los que ganar no es lo más importante, es lo único.
Un Cristiano vs Messi, un duelo épico, archirrivales, la potencia
frente al virtuosismo, la fuerza frente al control, el blanco frente al blaugrana, un duelo que nos obliga a buscar de forma innecesaria un ganador. Pero
en el fútbol, como siempre en la vida somos incapaces de encontrar un término
medio, no existe el gris frente al blanco o el negro, es uno u otro, el
argentino o el portugués, la obligación de encontrar una respuesta demasiado fácil.
Superponer uno a otro cuando deberíamos sentarnos en el sofá y disfrutar con
cosas que ni en nuestros mejores sueños de niño seríamos capaces de imaginar.
PASEN Y VEAN.
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